Alfred Politz
decía “La eficiencia de la publicidad depende del uso de un lenguaje
sencillo, simple y presentando directamente los argumentos de venta”. Esto
significa que tanto más esté elaborado tu texto al público que te diriges, más
probabilidades tendrás de persuadirlos para que compren tu marca y no la de tu
más cercano competidor.
Aquí algunos consejos que te ayudarán al momento de
redactar.
- Escribe para que te entiendan
- Sé preciso
- Utiliza el humor de manera apropiada
- Sé directo
- Sugiere continuidad o una relación de causa efecto
- Usa los puntos suspensivos con moderación
- No exageres el uso de las exclamaciones para infundir sentimientos en el lector
- Evita tópicos y trivialidades
- No olvides las necesidades del cliente
- Escribe con cordialidad
- Toda situación o mensaje debe ser escrito positivamente
- Aprovecha tus casos de éxito
- Un subtítulo cada 25 líneas permite que el lector razone más fácilmente
- Escribe frases cortas. Procura menos de 7 palabras por mensaje.
- Respeta la estructura sujeto-verbo-predicado en tus frases
- Las palabras más importantes de la frase, siempre van al inicio.
- Utiliza el imperativo para dar sugerencias, no órdenes.
- La razón y las emociones del lector es lo más importante en lo que deberá enfocarse tu texto.
- Párrafos breves, no más de 4 líneas.
- Los argumentos de venta deben ser el inicio de su texto.
- Haz que tu texto haga de tu producto algo creíble.
- Repite por lo menos 3 veces el nombre de tu producto
- Da un tono personal a tu escrito.
- Haz conclusiones que inciten a la ACCIÓN.
Las palabras pueden provocar risas, llantos, sentimientos encontrados y,
lo más importante: te pueden hacer
comprar.
Un gran texto publicitario llega tanto al corazón, como a la cabeza.
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